lunes, 12 de mayo de 2014

APETITO EMOCIONAL Y SALUD



Apetito emocional y salud

.Definimos hambre como la necesidad fisiológica de comer y el apetito es cuando añadimos el aliciente del placer.

Vivimos en una sociedad en la que la mayoría de nosotros estamos expuestos a situaciones estresantes ya sea por presión o demandas laborales, exigencias a nivel de estudiantes, causas familiares ya sean divorcios, separaciones, conflictos familiares o muertes….Todas estas situaciones las vivimos como estresantes o ansiosas.

Todo este conjunto de situaciones emocionales parece según todos los estudios incidir de manera directa en la cantidad de alimentos consumidos como en las conductas de ingesta de alimentos tanto por exceso como por defecto.

Así como una situación estresante puntual provoca un aumento en la ingesta una situación estresante crónica modificará la conducta alimentaria o dicho de otra manera la forma en que nos relacionamos con la comida. Además parece ser que emociones negativas se asocian con un tipo determinado de alimentos, normalmente con más cantidad de grasa, azúcar o sal, aunque hay que destacar que un grupo de la población ante este tipo de emociones responde con disminuciones en la ingesta.

Fisiológicamente cuando estamos sometidos a una sensación de hambre reaccionamos con irritabilidad, estado de alerta, agitación…en cambio después de comer, nuestro sistema nervioso responde con una sensación de calma y humor.

DIFERENCIAS ENTRE HAMBRE FISIOLÓGICA Y APETITO EMOCIONAL

HAMBRE FISIOLÓGICA
APETITO EMOCIONAL
Aparece cada 3 o 4 horas. De manera lenta y puede esperar
Aparece de repente a cualquier hora y a raiz de un factor desencadenante sin tener sensación de hambre. Tiene que satisfacerse inmediatamente
Estamos abiertos a diferentes propuestas culinárias
Sólo apetecen alimentos con alto contenido en grasa, azúcar y sal
Provoca una sensación placentera al terminar
Aparecen sentimientos de culpabilidad, vergüenza, remordimientos….
Disfrutamos en compañía de otros
Solemos escondernos
Cierto control de las cantidades
No controlamos cantidades y existe la tendencia en ir aumentando la cantidad paulatinamente
Es consciente
Es inconsciente


¿CÓMO NOS RELACIONAMOS CON LA COMIDA?

Según diversos estudios cuantos más antecedentes de diferentes dietas tenemos más reaccionamos aumentando la ingesta frente a una situación estresante en comparación con las personas que nunca han hecho una dieta.
Además parece ser que los hombres suelen modificar más el consumo de alcohol y el tabaco y en cambio el sexo femenino suele modificar con mayor frecuencia la conducta alimentaria.

A través de nuestras experiencias, vivencias, emociones vamos desarrollando una serie de relaciones con la comida que pueden acabar siendo insaludables. Si además añadimos experiencias previas con dietas, dietas milagro, mitos alimentarios...la relación es de cada vez más insaludable. Algunos tipos de relaciones que creamos son:

1 Relación de amante o amigo: cuando la comida es para nosotros un confidente en el que buscar desahogo, pensamos constantemente en la comida o tenemos el gusanillo en el estómago como si fuera un amante que nos proporciona placer, confort…Normalmente tenemos muy claro qué tipo de alimentos queremos y siempre suele ser alrededor de la misma franja horaria.

2 Relación amor-odio: cuando entramos en un círculo vicioso en el que por un lado buscamos ese placer, confort… y por otro empezamos a odiar la comida por la falta de autocontrol que nos ocasiona, por los sentimientos de vergüenza, baja autoestima…

3 Convertir la comida en un Hobbie: investigamos en técnicas de cocina, platos suculentos y sabrosos, nos gusta descubrir restaurantes diferentes, organizamos viajes gastronómicos...

A largo plazo este tipo de relaciones afectan al peso y la salud provocando mayor disconfort, baja autoestima, malestar con nuestra imagen corporal....Todo ello nos conduce a poner en marcha prácticas dietéticas para evitar esta situación sin saber si son correctas o más bien estamos alimentando el sobrepeso, la obesidad, la baja autoestima...

Ante ello es recomendable en primer lugar observarse a sí mismo, analizar qué tipo de relación hemos establecido con la comida, conductas que repetimos a diario y una vez que lo tengamos claro instarurar conductas y hábitos dietéticos saludables y ejercicio físico para ir sustituyendo las conductas insaludables. Se trataría de reconducir nuestros hábitos para ello es necesario un período de tiempo en el que van a aparecer situaciones exitosas per también aparecerá alguna recaida; hecho que hay que aprender a aceptar y volver a nuestro camino. Para ello busca la ayuda de algún experto ya que por uno mismo lo único que hacemos es caer en conductas erróneas que empeoran el tratamiento.

A modo de conclusión:

Nuestro concepto de alimentación debe ir encaminada hacia una visión de necesidad fisiológica que en momentos puntuales está marcada por un carácter social, cultural y de tradiciones que provocan situaciones de aumento de las cantidades o nos conducen hacia una selección alimentária errónea, pero en los que debe aparecer un conformismo y una consciencia en cantidad y tipos de alimentos después de estar sometidos a un proceso de aprendizaje.

LO IDEAL SERIA ENCONTRAR UNA RELACIÓN CORDIAL CON LA COMIDA (de amigos, agradable) TANTO EN EL DÍA A DÍA COMO EN SITUACIONES ESPECIALES.

                                           

Bibliografia:


  • Michell Spence. A qualitative study of psycological, social and behavioral barriers to appropiate food portion size control
  • Greeno CG and Wing RR. Stress-induced eating psycological bulletin
  • Lattimore P and Coswell N. Differential effects of active and passive stress on food intake in restrained and unrestraines eaters. Appetite.
  • Polivy J and Herwan CP. Distress and dieting. Why do dieters overeat? International journal of eating disorder.
  • Laitinen J and Sovio. Stress related eating and drinking behaviour and body mass index and predictors of this behaviour . Preventive Medicine

















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